No hacen falta alas




No hacen falta alas
para hacer un sueño.
Basta con las manos,
basta con el pecho,
basta con las piernas
y con el empeño.

No hacen falta alas
para ser más bellos.
Basta el buen sentido
del amor inmenso.
No hacen falta alas
para alzar el vuelo.

Recojo fondos para pobres
de amistad y de sonrisa.
Recojo cuanto haya de bien
en lo que esconde tu camisa.
Acepto cuanto pueda ser útil
al coro que compongo,
siempre que quieras compartir
un sueño ancho, largo y hondo.

Recojo el hielo a la deriva
de los polos congelados.
Luego, con buena voluntad
y mucha miel, haré un helado.
No le daré ―no le daré―
al mentiroso y al cobarde.
Repartiré ―repartiré―
sólo al que ama y al que arde.

Vengan los buenos a comer
de este helado gigante.