Silvio, los Cinco y un concierto soñado


21 de Diciembre del 2014

Por: Yeneily García
Fuente: Cubahora
Fotos: Yander Zamora


Este sábado 20 de diciembre, a las 6 de la tarde, en las afueras del Estadio Latinoamericano, cientos de personas fueron testigos de un sueño cumplido. Tenía que ser Silvio Rodríguez quien ayudara a hacerlo realidad con su música. Cinco hombres, hermanos de causa, se unieron para cantar las letras que los ayudaron a resistir. Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, René González, Ramón Labañino y Fernando González se subieron al escenario con el bardo de millones para celebrar al fin la vuelta definitiva de todos a casa.

Las lágrimas de Adriana escuchando la letra “Amada, supón que me voy lejos, tan lejos que olvidaré mi nombre…” de El dulce abismo, esta vez fueron de felicidad. Gerardo le tocaba el abultado vientre y sonreía, tratando también de aparentar serenidad. Tony al fin pudo cantar Regresaré en público, junto a Vicente Feliú y en tributo a Polo Montañez. René hizo sonreír a Fernando y Ramón. Juntos, los Cinco, abrazaron a Silvio, dieron gracias, lloraron, aplaudieron, bailaron y se emocionaron por el tremendo calor con que fueron aplaudidos.

Esto que iba a ser un concierto más en un barrio, en el Cerro, “que tiene la llave”, se nos ha transformado en algo más, porque ha coincidido con un momento histórico, de gran trascendencia. Es nuestro el privilegio de tener a nuestros Cinco hermanos aquí con nosotros. No es el concierto 62 de la Gira por los Barrios, es como el 620, se ha potenciado, recibió el mítico cantautor a la multitud, antes de presentar a David Torrens como apertura de la presentación.

Con su peculiar entusiasmo Torrens cantó Tú, Ni de aquí ni de allá, Sentimientos ajenos, Por ti seré y cerró con Razones, que dedicó a estos Héroes. Gracias por darnos una razón más para celebrar –aseguró. Ustedes son uno de los grandes motivos del júbilo de nuestro pueblo, que ha estado batallando tanto por su regreso.

Luego… los conocidos acordes y las palabras… “Para Elpidio Valdés, patriota sin igual, no hay gaito que lo pueda espantar”. La reacción del público fue inmediata. Silvio, gritos, aplausos y coros. En medio de eso, la alegría de la reunión y de poder ver, en vivo, de cerca, a los hombres por los que pedimos libertad desde hace más de una década.

Uno tras otro, temas como El reparador de sueños, Mariposas, Óleo de una mujer con sombrero, El dulce abismo, Quién fuera, La Maza, El Mayor, y la musicalización de La pupila insomne de Rubén Martínez Villena, sirvieron para celebrar, para recordar y para crear nuevos momentos a los que mirar atrás con cariño.

Una invitación. La insistencia. Todos pidiendo: ¡Que suban, Que suban!. Ramón, Tony, Fernando, René y Gerardo tomando el escenario.
Con permiso del Maestro, para un pueblo de necios, El Necio, anunció Ramón.

Pero antes, Gerardo tenía algo que decir.

Para las personas que no lo sepan, muy temprano, un día de 1998, cuando todo el odio de Miami nos cayó encima, pensando en lo que estaba por ocurrir, en aquellos duros momentos surgió un himno, que nos hizo levantar el ánimo, el espíritu y que hasta hoy se ha mantenido como el himno de resistencia de los Cinco. Esta canción que de por sí fue creada en un contexto muy importante y una historia muy importante, nosotros con el permiso del maestro Silvio le imprimimos un poquito más de historia, sin proponérnoslo, y hasta hoy solo escuchar sus acordes o parte de su letra, basta para despertar ese orgullo inmenso de ser cubanos, de ser revolucionarios, subió la voz para hacerse oír entre la ovación de quienes llenaron el parqueo del Latino.

A El Necio le siguió Regresaré, en versión de Tony y el mayor de los Feliú, y La Era, la canción escogida por este luchador y poeta para comenzar el día en la “recreación, como le decían”, tras pasar la noche encerrado en el hueco, “que si quieren verlo, vayan al Museo de Bellas Artes a ver la réplica de Kcho”. Pequeña serenata diurna y Ojalá cerraron el concierto con gritos todavía de ¡Otra, otra!

Yo pensé que era una batalla todavía más larga,- dijo Silvio a la prensa luego del concierto- y lo había dicho, pensaba que la batalla más larga iba a ser la de Gerardo, pero todo esto es una sorpresa para todo el mundo, se llevó a cabo con mucha discreción, pero una sorpresa maravillosa. Me parece que fue un fin de año extraordinario. Ayer hablaba con un amigo, y el Primero de Enero, día del Triunfo de la Revolución, él tenía 15 años y yo 12, y conversábamos que no recordábamos unos días tan hermosos, esperanzadores y luminosos como estos, desde entonces, con eso lo digo todo.