31 de Marzo del 2014
Por: Melva Navarro
Fuente: CNN México
Fotos: Cuartoscuro
Por: Melva Navarro
Fuente: CNN México
Fotos: Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — Ante más de 80,000 personas reunidas en el Zócalo de la Ciudad de México, el cantautor cubano Silvio Rodríguez despidió este sábado su gira por el país al que dice “le debo tanto”.
A las 20:00 horas de este sábado, Rodríguez apareció puntual sobre el escenario, acompañado de su guitarra, en la velada que inició compartiendo parte del álbum en que está trabajando, Amoríos, el número 19 de su carrera.
El público emocionado recibió al cantautor después de siete años de ofrecer otro concierto gratuito en el Zócalo. Mariposas y El Papalote despertaron gritos de emoción que se unieron a una de las grandes sorpresas de la noche, cuando Rodríguez anunció que en una velada como ésta no podía faltar un amigo y gran trovador.
El mexicano Óscar Chávez salió al escenario para interpretar cuatro canciones: Por Ti, Macondo, La Habanera y Flores Negras.
Al mismo tiempo, las luces en el primer cuadro de la ciudad, entre ellas las del Palacio Nacional y la Catedral, se apagaron, dejando solo el escenario iluminado. Había iniciado La Hora del Planeta, una iniciativa de la organización WWF que se llevó a cabo a nivel mundial para disminuir durante una hora el consumo de energía.
Cuando Silvio regresó, con el Zócalo a medio iluminar, el recuerdo de otro trovador se hizo presente, Santiago Feliú, cantautor cubano cercano a Silvio Rodríguez quien falleció en febrero debido a un infarto, este sábado cumpliría 52 años, “por eso esta noche yo se la dedico”, expresó.
Unicornio, Exposición de mujer con sombrero, Quién fuera, La gota de rocío, La era está pariendo un corazón, Canción del elegido y Ángel para un final fueron coreadas por el público, sin embargo, los mexicanos esperaban una que consolidó a Rodríguez como un artista internacional y él lo sabía.
“¿Quieren Ojalá?”, preguntó, en lo que pareció ser más una afirmación. “Sí”, fue la respuesta general.
“Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan”, inició con el grito del público cuyas voces parecían superar a la de Rodríguez en varias ocasiones.
La luz volvió a los edificios del primer cuadro de la Ciudad de México cuando Rodríguez hizo una pausa para presentar a sus ocho músicos, entre ellos a su esposa, la flautista Niurka González, elemento clave en varias de las interpretaciones.
El espectáculo parecía terminar cuando Rodríguez se levantó de su asiento para tomar una foto al público que emocionado levantaba las manos esperando salir en la toma.
Sin embargo, aún había mucho por ver. En cuatro ocasiones se despidió pero en tres volvió tras los gritos de “Silvio, Silvio” y los aplausos que los acompañaban.
“Esta canción la escribí en esta ciudad, me perseguía desde niño y aquí la vine a encontrar”, dijo el cubano refiriéndose a la Ciudad de México para presentar Rabo de nube.
“Viva cuba y viva México” agregó y se despidió pero volvió para cantar La Maza y Reparador de sueños. “Gracias, México”, dijo antes de salir y volver al escenario interpretar su última canción ¿En cuál de esos planetas?, que dedicó a que en el mundo haya paz.
Bajó del escenario dejando a parte de la audiencia sintiendo que pese a casi tres horas de concierto aún había cuentas y canciones pendientes, sin embargo, sonrientes tras la actuación del hombre a quien entre canción y canción gritaron, “hermano”, “camarada” y “maestro”.
A las 20:00 horas de este sábado, Rodríguez apareció puntual sobre el escenario, acompañado de su guitarra, en la velada que inició compartiendo parte del álbum en que está trabajando, Amoríos, el número 19 de su carrera.
El público emocionado recibió al cantautor después de siete años de ofrecer otro concierto gratuito en el Zócalo. Mariposas y El Papalote despertaron gritos de emoción que se unieron a una de las grandes sorpresas de la noche, cuando Rodríguez anunció que en una velada como ésta no podía faltar un amigo y gran trovador.
El mexicano Óscar Chávez salió al escenario para interpretar cuatro canciones: Por Ti, Macondo, La Habanera y Flores Negras.
Al mismo tiempo, las luces en el primer cuadro de la ciudad, entre ellas las del Palacio Nacional y la Catedral, se apagaron, dejando solo el escenario iluminado. Había iniciado La Hora del Planeta, una iniciativa de la organización WWF que se llevó a cabo a nivel mundial para disminuir durante una hora el consumo de energía.
Cuando Silvio regresó, con el Zócalo a medio iluminar, el recuerdo de otro trovador se hizo presente, Santiago Feliú, cantautor cubano cercano a Silvio Rodríguez quien falleció en febrero debido a un infarto, este sábado cumpliría 52 años, “por eso esta noche yo se la dedico”, expresó.
Unicornio, Exposición de mujer con sombrero, Quién fuera, La gota de rocío, La era está pariendo un corazón, Canción del elegido y Ángel para un final fueron coreadas por el público, sin embargo, los mexicanos esperaban una que consolidó a Rodríguez como un artista internacional y él lo sabía.
“¿Quieren Ojalá?”, preguntó, en lo que pareció ser más una afirmación. “Sí”, fue la respuesta general.
“Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan”, inició con el grito del público cuyas voces parecían superar a la de Rodríguez en varias ocasiones.
La luz volvió a los edificios del primer cuadro de la Ciudad de México cuando Rodríguez hizo una pausa para presentar a sus ocho músicos, entre ellos a su esposa, la flautista Niurka González, elemento clave en varias de las interpretaciones.
El espectáculo parecía terminar cuando Rodríguez se levantó de su asiento para tomar una foto al público que emocionado levantaba las manos esperando salir en la toma.
Sin embargo, aún había mucho por ver. En cuatro ocasiones se despidió pero en tres volvió tras los gritos de “Silvio, Silvio” y los aplausos que los acompañaban.
“Esta canción la escribí en esta ciudad, me perseguía desde niño y aquí la vine a encontrar”, dijo el cubano refiriéndose a la Ciudad de México para presentar Rabo de nube.
“Viva cuba y viva México” agregó y se despidió pero volvió para cantar La Maza y Reparador de sueños. “Gracias, México”, dijo antes de salir y volver al escenario interpretar su última canción ¿En cuál de esos planetas?, que dedicó a que en el mundo haya paz.
Bajó del escenario dejando a parte de la audiencia sintiendo que pese a casi tres horas de concierto aún había cuentas y canciones pendientes, sin embargo, sonrientes tras la actuación del hombre a quien entre canción y canción gritaron, “hermano”, “camarada” y “maestro”.