Entrevistó: Yanina Sepúlveda, para Radio Cooperativa, Chile.
de Abril del 2015
Versión íntegra de la entrevista concedida por Silvio.
Tu relación con Chile siempre ha sido y sigue siendo muy estrecha, lo cual queda demostrado con la rapidez que se agotaron las entradas para tus conciertos. ¿Qué significa Chile para ti?
Chile, antes que nada, es un país de Nuestra América que visité durante un proceso político y social muy duro, lo que me marcó como persona y me permitió hacer amigos, algunos de los cuales aún me duran.
¿Cómo ves tú la situación actual de este país, el gobierno de Michelle Bachelet, la economía chilena que tan alabada ha sido en los últimos años por sectores neoliberales y empresarios internacionales?
No puedo hablarle a los chilenos de lo que ellos conocen mucho mejor que yo. Voy a lo que he ido siempre, a cantar mis canciones acompañado de muy buenos músicos, a compartir un rato juntos, tratando de que sea un rato digno y agradable. Y por supuesto, a ver y escuchar a los chilenos, para seguirle el hilo a Chile.
¿Cuál es tu opinión sobre el eventual acuerdo entre Estados Unidos y Cuba para poner fin al bloqueo económico sobre tu país? ¿Cuánto crees que beneficiará o perjudicará a Cuba?
El levantamiento del bloqueo seguro beneficiará a Estados Unidos, y por supuesto a Cuba. Pero por lo último va a ser difícil llevarlo a cabo. Llevamos generaciones resistiendo golpes de todo tipo, constantemente. Un diálogo como este, después de más de medio siglo de confrontaciones, hasta la inercia lo agradece. Para empezar, significa un respiro, la posibilidad, por utópica que sea, de imaginar otra perspectiva. Yo tengo muchas dudas, pero soy optimista.
¿Cómo ha cambiado Cuba para ti desde que Raúl Castro asumió el poder ejecutivo?
En su primer discurso como Presidente, Raúl Castro dijo que no asumía esa responsabilidad para acabar con el Socialismo, sino para hacerlo próspero y sustentable. Los pasos que ha dado creo que han sido consecuentes. En Cuba se quiere perfeccionar la forma de democracia que tenemos, sin ceder a los modelos que han tratado de imponernos desde afuera. En el país se observa crecer un espíritu crítico y autocrítico, se abren espacios de discusión, proliferan los sitios virtuales, se pronuncian nuevas voces, hay una circulación de pensamiento que hace unos años parecía imposible. También hay que decir que, aunque no se explicitaran, algunas cosas que están pasando hoy, fueron pensadas desde antes.
Los detractores categorizaron al gobierno de Fidel Castro de dictadura siempre. ¿Cómo es todo ahora con la autoridad de su hermano? ¿Sigue siendo un gobierno autoritario?
Los que resultan autoritarios son ciertos esquemas con que algunos nos miran desde afuera. Son como tiranías del pensamiento. No te dicen “dibújame tu casa”. Te entregan el dibujo de la casa que ellos suponen tuya, te dan sus lápices y después te piden que lo colorees.
¿Qué pasa con la gente en la calle, la gente que apoyaba la revolución aún pese a las dificultades? ¿Está vivo aún ese apoyo mayoritario, pese a todo? El año pasado dijiste que te habías desencantado del comunismo al ver la decepción de la gente durante tu última gira por tu país.
Nunca he sido militante comunista y por supuesto nunca he dicho que me desencanto de tal cosa. La prensa extrajo una frase del contexto en que la usé, y fabricaron un titular “caliente”. Cuando dije “la gente está más jodida de lo que pensaba”, comparaba lo visto cuando empecé una gira por los barrios que llevo haciendo hace 5 años. Lo dije desde la experiencia de 50 conciertos en 50 barrios. El viernes pasado hicimos el número 65, y la verdad es que en esos barrios jodidos todavía no he visto a un solo niño sin escuela, sin zapatos y sin asistencia médica. (¿Será un titular?)
¿Qué pasó que el comunismo falló en traer progreso real a la gente de la Isla? ¿Fue sólo el bloqueo o hubo también errores cometidos en la misma administración cubana?
Inventar una sociedad diferente es complejo; pero hacerlo bajo el fuego enemigo lo hace dificilísimo. Jamás seremos lo que pudimos ser trabajando en paz. Por el contrario, Cuba lleva más de medio siglo bajo el hostigamiento. Nadie sabe qué cosa es el comunismo. Hasta ahora han sido amagos de sociedades alternativas, en las que se prioriza la generosidad sobre el egoísmo, en las que la voluntad de amor y de justicia social no se rinde ante miserias propias o ajenas.
Vimos caer a la Unión Soviética y Cuba parecía ser el último bastión comunista, que inspiraba a mucha gente de izquierda en el continente a creer que los cambios y las revoluciones aún eran posibles. Si Cuba cambia y se abre totalmente, ¿qué pasará? ¿Podemos mantener aún la esperanza en la creación de una sociedad más justa?
Mi opinión es que Cuba sigue siendo un ejemplo, una inspiración, a la luz de su resistencia y de sus logros. Sin embargo Cuba ya ha cambiado, y mucho. ¿Cómo podría mantenerse igual ante un mundo tan distinto? Pero Cuba no pretende cambiar respecto a su soberanía, ni quiere dejar que vuelvan aquellos niños sin zapatos, sin escuelas y sin médicos.
¿Y qué hay de la censura a los medios de comunicación y el uso de Internet para la gente común y corriente? Entiendo que la conectividad de la Isla aún es un problema muy fuerte pero ¿es Cuba un país más libre ahora? Me refiero a la libertad de información, libertad de expresión.
En Cuba algunos hemos defendido la Internet, aunque para un país de recursos limitados como el nuestro puede haber cosas más vitales. Otros creen que la Internet nos puede debilitar, o que es peligrosa porque, imitando lo que pasó en países árabes, se ha tratado de usar la red para incitar a la desobediencia civil. A pesar de ser cierto que la Internet se ha usado de esa forma, yo creo que es más positiva que negativa, por la herramienta cultural que es y porque me parece conocer al pueblo de Cuba. Este es uno de los campos en que se debaten ideas en nuestro país: unas son más abiertas y otras más cerradas. Aún así, le he escuchado decir a dirigentes de alto nivel que su deseo es que haya cada vez más Internet y con mejor calidad.
¿Crees en el poder de Internet para construir algo positivo?
La Internet es como fueron la telegrafía, el teléfono o la televisión en su momento, y como será cualquier invento que rompa barreras y acorte distancias. Siempre depende de lo que hagamos con aquello. Las nuevas tecnologías tienen mucho campo en función de la educación, de la cultura, del auxilio, de la prevención y de la solidaridad.
¿Te gusta la idea de Google de llevar Internet a través de satélites a los sitios donde no hay?
No sé cuantas otras ideas pueda haber detrás de esa de Google, pero en principio me gusta la idea. Es un reto, y me gustan los retos.
¿Qué pasa con Venezuela? ¿Cuál es tu opinión sobre la realidad polarizada que se vive en ese país?
Ojalá haya cada vez más diálogo en Venezuela. Sólo expreso un deseo, porque eso es un asunto de los venezolanos. Coincido con Pepe Mujica en que mientras menos intervención de afuera, mejor será lo que suceda.
En tu blog tienes un contacto directo e independiente con tus fanáticos. ¿Cómo te ha ayudado esta relación más cercana con el público, que quizás no se daba años atrás porque no existía la tecnología que lo posibilitara?
No me parece que en mi blog haya fanáticos. Por supuesto, hay segund@citeros que aprecian mi trabajo, pero después de tratarme durante años y de ver que tengo defectos como cualquiera, dudo que me enciendan cirios. Siempre he tenido algo de iconoclasta y de desmitificador. Me gustó aquel titular del Mercurio de los 90, que decía que yo iba a Chile a romper con mi propio mito. No porque yo fuera a eso, sino porque desde cierto punto de vista también era verdad.
Hablando de tus conciertos en Chile, esta vez estarás tocando en un espacio más íntimo que la última vez. ¿Te acomoda más este formato o prefieres presentarte ante públicos masivos?
Cuando se amplifica para menos gente, siempre hay posibilidad de que suene mejor. Diez mil personas cada noche no será una masa crítica, como el plutonio enriquecido, pero no deja de ser una masa. Haremos lo mejor que podamos.
¿Qué vienes a presentar en estos tres conciertos? ¿Harás un espectáculo distinto para cada noche o tendrán los tres el mismo repertorio?
Los tres contendrán el mismo repertorio, aunque no excluyo variaciones. No me gusta hacer exactamente lo mismo tres veces seguidas. Es algo que aprendí del barroco.
Por largos años muchos artistas te sindican como una de sus máximas influencias, tanto por tus letras como por tu música. ¿Cómo asumes esa posición desde tu lugar como artista? ¿Hay artistas nuevos que te llamen la atención hoy en Latinoamérica?
Y en Cuba también los hay. El arte está en constante movimiento. No siempre se ve enseguida. Me interesa la autoexigencia. Yo todavía me paso un mes buscando una palabra, o un acorde (y no siempre los encuentro).
¿Qué piensas del trabajo de tu hijo Silvito? Él tiene una postura distinta a la tuya, pero tú has dicho siempre que la respetas. ¿Crees que es necesaria también la disidencia artística?
Lo que me parece lamentable es que un padre y un hijo discutan en público, más allá de quien tenga la razón. Y peor aún que permitan impertinencias a terceros. Por suerte tanto Silvio Liam como yo nacimos en el campo (él en Banes y yo en San Antonio), y en estas cosas somos muy parecidos.
Por último, por estos días se ha estrenado en Chile una película de Miguel Littin sobre las últimas horas de Salvador Allende. Hoy, a 32 años de su muerte y del fin de la Unidad Popular, ¿qué te queda de su figura y su legado?
Me gustaría que les quedara más a ustedes, los chilenos, que a mí. Aunque a mí me queda mucho, porque tuve el honor de estrechar su mano, y lo que vi fue a un hombre solo, cercado hasta por sus amigos, y eso es algo muy duro, mucho más cuando se está dispuesto a entregar la vida no sólo por los que no te lo van a agradecer, sino por aquellos que ni siquiera se darán cuenta de lo que hiciste.
Versión publicada por Radio Cooperativa el 12 de abril de 2015: Silvio Rodríguez sobre Cuba: "El fin del bloqueo significa un respiro"
Tu relación con Chile siempre ha sido y sigue siendo muy estrecha, lo cual queda demostrado con la rapidez que se agotaron las entradas para tus conciertos. ¿Qué significa Chile para ti?
Chile, antes que nada, es un país de Nuestra América que visité durante un proceso político y social muy duro, lo que me marcó como persona y me permitió hacer amigos, algunos de los cuales aún me duran.
¿Cómo ves tú la situación actual de este país, el gobierno de Michelle Bachelet, la economía chilena que tan alabada ha sido en los últimos años por sectores neoliberales y empresarios internacionales?
No puedo hablarle a los chilenos de lo que ellos conocen mucho mejor que yo. Voy a lo que he ido siempre, a cantar mis canciones acompañado de muy buenos músicos, a compartir un rato juntos, tratando de que sea un rato digno y agradable. Y por supuesto, a ver y escuchar a los chilenos, para seguirle el hilo a Chile.
¿Cuál es tu opinión sobre el eventual acuerdo entre Estados Unidos y Cuba para poner fin al bloqueo económico sobre tu país? ¿Cuánto crees que beneficiará o perjudicará a Cuba?
El levantamiento del bloqueo seguro beneficiará a Estados Unidos, y por supuesto a Cuba. Pero por lo último va a ser difícil llevarlo a cabo. Llevamos generaciones resistiendo golpes de todo tipo, constantemente. Un diálogo como este, después de más de medio siglo de confrontaciones, hasta la inercia lo agradece. Para empezar, significa un respiro, la posibilidad, por utópica que sea, de imaginar otra perspectiva. Yo tengo muchas dudas, pero soy optimista.
¿Cómo ha cambiado Cuba para ti desde que Raúl Castro asumió el poder ejecutivo?
En su primer discurso como Presidente, Raúl Castro dijo que no asumía esa responsabilidad para acabar con el Socialismo, sino para hacerlo próspero y sustentable. Los pasos que ha dado creo que han sido consecuentes. En Cuba se quiere perfeccionar la forma de democracia que tenemos, sin ceder a los modelos que han tratado de imponernos desde afuera. En el país se observa crecer un espíritu crítico y autocrítico, se abren espacios de discusión, proliferan los sitios virtuales, se pronuncian nuevas voces, hay una circulación de pensamiento que hace unos años parecía imposible. También hay que decir que, aunque no se explicitaran, algunas cosas que están pasando hoy, fueron pensadas desde antes.
Los detractores categorizaron al gobierno de Fidel Castro de dictadura siempre. ¿Cómo es todo ahora con la autoridad de su hermano? ¿Sigue siendo un gobierno autoritario?
Los que resultan autoritarios son ciertos esquemas con que algunos nos miran desde afuera. Son como tiranías del pensamiento. No te dicen “dibújame tu casa”. Te entregan el dibujo de la casa que ellos suponen tuya, te dan sus lápices y después te piden que lo colorees.
¿Qué pasa con la gente en la calle, la gente que apoyaba la revolución aún pese a las dificultades? ¿Está vivo aún ese apoyo mayoritario, pese a todo? El año pasado dijiste que te habías desencantado del comunismo al ver la decepción de la gente durante tu última gira por tu país.
Nunca he sido militante comunista y por supuesto nunca he dicho que me desencanto de tal cosa. La prensa extrajo una frase del contexto en que la usé, y fabricaron un titular “caliente”. Cuando dije “la gente está más jodida de lo que pensaba”, comparaba lo visto cuando empecé una gira por los barrios que llevo haciendo hace 5 años. Lo dije desde la experiencia de 50 conciertos en 50 barrios. El viernes pasado hicimos el número 65, y la verdad es que en esos barrios jodidos todavía no he visto a un solo niño sin escuela, sin zapatos y sin asistencia médica. (¿Será un titular?)
¿Qué pasó que el comunismo falló en traer progreso real a la gente de la Isla? ¿Fue sólo el bloqueo o hubo también errores cometidos en la misma administración cubana?
Inventar una sociedad diferente es complejo; pero hacerlo bajo el fuego enemigo lo hace dificilísimo. Jamás seremos lo que pudimos ser trabajando en paz. Por el contrario, Cuba lleva más de medio siglo bajo el hostigamiento. Nadie sabe qué cosa es el comunismo. Hasta ahora han sido amagos de sociedades alternativas, en las que se prioriza la generosidad sobre el egoísmo, en las que la voluntad de amor y de justicia social no se rinde ante miserias propias o ajenas.
Vimos caer a la Unión Soviética y Cuba parecía ser el último bastión comunista, que inspiraba a mucha gente de izquierda en el continente a creer que los cambios y las revoluciones aún eran posibles. Si Cuba cambia y se abre totalmente, ¿qué pasará? ¿Podemos mantener aún la esperanza en la creación de una sociedad más justa?
Mi opinión es que Cuba sigue siendo un ejemplo, una inspiración, a la luz de su resistencia y de sus logros. Sin embargo Cuba ya ha cambiado, y mucho. ¿Cómo podría mantenerse igual ante un mundo tan distinto? Pero Cuba no pretende cambiar respecto a su soberanía, ni quiere dejar que vuelvan aquellos niños sin zapatos, sin escuelas y sin médicos.
¿Y qué hay de la censura a los medios de comunicación y el uso de Internet para la gente común y corriente? Entiendo que la conectividad de la Isla aún es un problema muy fuerte pero ¿es Cuba un país más libre ahora? Me refiero a la libertad de información, libertad de expresión.
En Cuba algunos hemos defendido la Internet, aunque para un país de recursos limitados como el nuestro puede haber cosas más vitales. Otros creen que la Internet nos puede debilitar, o que es peligrosa porque, imitando lo que pasó en países árabes, se ha tratado de usar la red para incitar a la desobediencia civil. A pesar de ser cierto que la Internet se ha usado de esa forma, yo creo que es más positiva que negativa, por la herramienta cultural que es y porque me parece conocer al pueblo de Cuba. Este es uno de los campos en que se debaten ideas en nuestro país: unas son más abiertas y otras más cerradas. Aún así, le he escuchado decir a dirigentes de alto nivel que su deseo es que haya cada vez más Internet y con mejor calidad.
¿Crees en el poder de Internet para construir algo positivo?
La Internet es como fueron la telegrafía, el teléfono o la televisión en su momento, y como será cualquier invento que rompa barreras y acorte distancias. Siempre depende de lo que hagamos con aquello. Las nuevas tecnologías tienen mucho campo en función de la educación, de la cultura, del auxilio, de la prevención y de la solidaridad.
¿Te gusta la idea de Google de llevar Internet a través de satélites a los sitios donde no hay?
No sé cuantas otras ideas pueda haber detrás de esa de Google, pero en principio me gusta la idea. Es un reto, y me gustan los retos.
¿Qué pasa con Venezuela? ¿Cuál es tu opinión sobre la realidad polarizada que se vive en ese país?
Ojalá haya cada vez más diálogo en Venezuela. Sólo expreso un deseo, porque eso es un asunto de los venezolanos. Coincido con Pepe Mujica en que mientras menos intervención de afuera, mejor será lo que suceda.
En tu blog tienes un contacto directo e independiente con tus fanáticos. ¿Cómo te ha ayudado esta relación más cercana con el público, que quizás no se daba años atrás porque no existía la tecnología que lo posibilitara?
No me parece que en mi blog haya fanáticos. Por supuesto, hay segund@citeros que aprecian mi trabajo, pero después de tratarme durante años y de ver que tengo defectos como cualquiera, dudo que me enciendan cirios. Siempre he tenido algo de iconoclasta y de desmitificador. Me gustó aquel titular del Mercurio de los 90, que decía que yo iba a Chile a romper con mi propio mito. No porque yo fuera a eso, sino porque desde cierto punto de vista también era verdad.
Hablando de tus conciertos en Chile, esta vez estarás tocando en un espacio más íntimo que la última vez. ¿Te acomoda más este formato o prefieres presentarte ante públicos masivos?
Cuando se amplifica para menos gente, siempre hay posibilidad de que suene mejor. Diez mil personas cada noche no será una masa crítica, como el plutonio enriquecido, pero no deja de ser una masa. Haremos lo mejor que podamos.
¿Qué vienes a presentar en estos tres conciertos? ¿Harás un espectáculo distinto para cada noche o tendrán los tres el mismo repertorio?
Los tres contendrán el mismo repertorio, aunque no excluyo variaciones. No me gusta hacer exactamente lo mismo tres veces seguidas. Es algo que aprendí del barroco.
Por largos años muchos artistas te sindican como una de sus máximas influencias, tanto por tus letras como por tu música. ¿Cómo asumes esa posición desde tu lugar como artista? ¿Hay artistas nuevos que te llamen la atención hoy en Latinoamérica?
Y en Cuba también los hay. El arte está en constante movimiento. No siempre se ve enseguida. Me interesa la autoexigencia. Yo todavía me paso un mes buscando una palabra, o un acorde (y no siempre los encuentro).
¿Qué piensas del trabajo de tu hijo Silvito? Él tiene una postura distinta a la tuya, pero tú has dicho siempre que la respetas. ¿Crees que es necesaria también la disidencia artística?
Lo que me parece lamentable es que un padre y un hijo discutan en público, más allá de quien tenga la razón. Y peor aún que permitan impertinencias a terceros. Por suerte tanto Silvio Liam como yo nacimos en el campo (él en Banes y yo en San Antonio), y en estas cosas somos muy parecidos.
Por último, por estos días se ha estrenado en Chile una película de Miguel Littin sobre las últimas horas de Salvador Allende. Hoy, a 32 años de su muerte y del fin de la Unidad Popular, ¿qué te queda de su figura y su legado?
Me gustaría que les quedara más a ustedes, los chilenos, que a mí. Aunque a mí me queda mucho, porque tuve el honor de estrechar su mano, y lo que vi fue a un hombre solo, cercado hasta por sus amigos, y eso es algo muy duro, mucho más cuando se está dispuesto a entregar la vida no sólo por los que no te lo van a agradecer, sino por aquellos que ni siquiera se darán cuenta de lo que hiciste.
Versión publicada por Radio Cooperativa el 12 de abril de 2015: Silvio Rodríguez sobre Cuba: "El fin del bloqueo significa un respiro"