Por: Marta Rojas, publicado en Cubadebate.
25 de Diciembre del 2014
25 de Diciembre del 2014
¡Qué bien! Retransmitirán una vez más por Televisión, ahora a fin de año, el concierto de Silvio con y por nuestros cinco héroes -a las 2:00 pm, por Cubavisión.
Para los que duden que existe lo real maravillo, y el realismo mágico inscritos por Alejo Carpentier y García Márquez, respectivamente, tienen la constancia absoluta, la prueba de fe, en el concierto 62 de Silvio Rodríguez por los barrios, esta vez junto a los Cinco Héroes: Gerardo, Antonio Ramón, de vuelta a la patria el 17 de diciembre con Fernando y René ya en Cuba luego de cumplir sus condenas. Es necesario reiterarlo, porque los hechos de estos días son parte fundamental de la historia de Cuba y de América.
La relación de los Cinco con La era está pariendo un corazón, obra de Silvio, que data de 1967, cuando casi todos ellos eran niños o adolescentes, fue quizás la anécdota más trascendental de la noche referida por Tony: según él relató, la cantaban en los momentos más difíciles, recién encarcelados. Aquella canción la conoció el pueblo de Cuba en la voz de Omara Portuondo; fue filmada para un documental de Santiago Álvarez en días convulsos en Estados Unidos, en medio de la lucha por los Derechos Civiles, paralelamente la guerra de Vietnam, y a un año de la muerte del Che.
Entonces Silvio era un jovencito trovador, flacucho y pálido, pero cuya voz cálida conmovía a casi todos los que lo oíamos. Tuve la fortuna de oírlo a él, por primera vez, en compañía de Haydée Santamaría. Había varios valiosos trovadores y le comenté, sobre ellos. En cuanto a él le dije: “pero qué flaquito es, y su voz…” Ella me cortó rápidamente: “Pero esa es la bandera”. La comprendí: Haydée solía pronunciarse, muchas veces, metafóricamente. En eso pensé cuando comencé a escucharlo en el concierto 62, tan singular e impensable, con los Cinco Héroes cantando emocionados junto a familiares esa y otras canciones, y aumentando el hermoso dramatismo del concierto singular.
Los miles de jóvenes y pueblo en general que colmaron el parqueo del Estadio Latinoamericano o vimos por televisión el apasionante episodio en ese día de estreno o en su retransmisión, sin duda alguna, somos testigos y actores de otro momento impresionante de la Historia de Cuba: el anuncio de Raúl que confirmaba lo que hace unos años aseguró Fidel al referirse a los Cinco Héroes: “Volverán”.
Dichosas las generaciones de cubanos que hemos podido vivir este momento, el cual ha quedado registrado para los que aún no han nacido, como Gema, la futura hija de Adriana y Gerardo– otro episodio real maravilloso– y muchos niños más.
Ciertamente: “La era está pariendo un corazón. / No puede más, se muere de dolor, / y hay que acudir corriendo/ pues se cae el porvenir (…)”
Poéticamente vuelve a prevalecer el sentido de la canción de los sesenta y el pueblo cubano demostró en este concierto al natural, en circunstancias cruciales del mundo, el respeto que cabe hacia el presidente Obama, pero también confianza en nuestro porvenir.
Para los que duden que existe lo real maravillo, y el realismo mágico inscritos por Alejo Carpentier y García Márquez, respectivamente, tienen la constancia absoluta, la prueba de fe, en el concierto 62 de Silvio Rodríguez por los barrios, esta vez junto a los Cinco Héroes: Gerardo, Antonio Ramón, de vuelta a la patria el 17 de diciembre con Fernando y René ya en Cuba luego de cumplir sus condenas. Es necesario reiterarlo, porque los hechos de estos días son parte fundamental de la historia de Cuba y de América.
La relación de los Cinco con La era está pariendo un corazón, obra de Silvio, que data de 1967, cuando casi todos ellos eran niños o adolescentes, fue quizás la anécdota más trascendental de la noche referida por Tony: según él relató, la cantaban en los momentos más difíciles, recién encarcelados. Aquella canción la conoció el pueblo de Cuba en la voz de Omara Portuondo; fue filmada para un documental de Santiago Álvarez en días convulsos en Estados Unidos, en medio de la lucha por los Derechos Civiles, paralelamente la guerra de Vietnam, y a un año de la muerte del Che.
Entonces Silvio era un jovencito trovador, flacucho y pálido, pero cuya voz cálida conmovía a casi todos los que lo oíamos. Tuve la fortuna de oírlo a él, por primera vez, en compañía de Haydée Santamaría. Había varios valiosos trovadores y le comenté, sobre ellos. En cuanto a él le dije: “pero qué flaquito es, y su voz…” Ella me cortó rápidamente: “Pero esa es la bandera”. La comprendí: Haydée solía pronunciarse, muchas veces, metafóricamente. En eso pensé cuando comencé a escucharlo en el concierto 62, tan singular e impensable, con los Cinco Héroes cantando emocionados junto a familiares esa y otras canciones, y aumentando el hermoso dramatismo del concierto singular.
Los miles de jóvenes y pueblo en general que colmaron el parqueo del Estadio Latinoamericano o vimos por televisión el apasionante episodio en ese día de estreno o en su retransmisión, sin duda alguna, somos testigos y actores de otro momento impresionante de la Historia de Cuba: el anuncio de Raúl que confirmaba lo que hace unos años aseguró Fidel al referirse a los Cinco Héroes: “Volverán”.
Dichosas las generaciones de cubanos que hemos podido vivir este momento, el cual ha quedado registrado para los que aún no han nacido, como Gema, la futura hija de Adriana y Gerardo– otro episodio real maravilloso– y muchos niños más.
Ciertamente: “La era está pariendo un corazón. / No puede más, se muere de dolor, / y hay que acudir corriendo/ pues se cae el porvenir (…)”
Poéticamente vuelve a prevalecer el sentido de la canción de los sesenta y el pueblo cubano demostró en este concierto al natural, en circunstancias cruciales del mundo, el respeto que cabe hacia el presidente Obama, pero también confianza en nuestro porvenir.